Los resultados de la primera parcela se presentaron al público
PROGRAMA DE CAMBIO CLIMÁTICO IMPULSA PROYECTO INNOVADOR PARA COMBATIR LA EROSIÓN
Esta iniciativa está enfocada en parcelas, y constituye parte esencial del valor demostrativo del programa de cambio climático.
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Septiembre de 2024, Rapa Nui – En una iniciativa destinada a proteger el frágil ecosistema de la Isla de Pascua y garantizar la sostenibilidad de sus tierras agrícolas, CONAF Rapa Nui mostró a la comunidad el primer proyecto innovador para combatir la erosión del suelo y promover la seguridad alimentaria. Este esfuerzo representa un hito en la lucha contra los efectos del cambio climático en la isla y es parte del programa «Transferencia Educación y Reforestación para el Cambio Climático en Rapa Nui». Se trata de la primera de dos parcelas particulares que resultaron seleccionadas por el comité técnico asesor del componente de control de erosión del programa, compuesto por CONADI, PDTI, SAG, INDAP y CONAF. En esta oportunidad el beneficiario fue Ángel Pate Tuki, con su parcela en el sector Ko Te Uka O Hei Pare, camino a Vaitea.
Un Reto Ambiental Urgente: La Erosión en Rapa Nui
La erosión del suelo ha sido un problema creciente en Rapa Nui, con la pérdida de más de 60 hectáreas de tierras agrícolas en las últimas décadas. Este fenómeno, agravado por prácticas agrícolas no sostenibles, como el abuso del arado, ha reducido significativamente el suelo cultivable de la isla, afectando tanto la biodiversidad terrestre como marina.
«La erosión contribuye a la desertificación de los suelos y, si no se toman medidas para controlarla, perdemos superficie productiva, lo que afecta directamente la agricultura y la seguridad alimentaria de la isla», señaló un representante de INDAP que acudió a la presentación de los resultados.
El agroecólogo Juan Carlos Cabrera expone las faenas llevadas a cabo en el predio
Soluciones Innovadoras: Recuperación y Conservación del Agua
Para enfrentar esta crisis, el proyecto combina tecnología moderna con el conocimiento tradicional local. Entre las estrategias más efectivas destacan la plantación de especies nativas como el Purau y el Oro Pakai, cuyos sistemas radiculares estabilizan las cárcavas sin sobrecargar el suelo.
Además, se han implementado técnicas de manejo de suelos que incluyen el uso de curvas de nivel para prevenir la erosión en terrenos inclinados. Un componente clave es la construcción de humedales absorbentes que manejan el flujo de agua durante las lluvias intensas. Estos humedales no solo reducen la erosión, sino que también recargan el acuífero subterráneo. «Este sistema podría canalizar miles de litros de agua en cada lluvia significativa, ayudando a la disponibilidad de agua potable», explicó Juan Carlos Cabrera, agroecólogo a cargo de los trabajos.
Una beneficiara de estos trabajos reconoció «Con el cambio que hizo el profesor Juan Carlos, se volvió a regenerar un poco la tierra, empezó a crecer más vegetación y eso evita un poco la erosión y que se vuelva a nivelar la tierra.»
El profesor Juan Carlos Cabrera mostrando los «puntos de regeneración» a los asistentes
Recuperación de Tierras y Seguridad Alimentaria
El objetivo principal de esta iniciativa es establecer modelos prácticos, replicables, para las tierras agrícolas erosionadas, demostrar que estas tierras pueden recuperarse y de que es urgente intervenirlas para frenar la erosión.
Se estima que en un plazo de 20 a 30 años estas tierras volverían a ser cultivables, en la medida que los propietarios mantengan las obras realizadas. El uso de plantas como el Oro Pakai no solo estabiliza el suelo, sino que mejora su fertilidad, contribuyendo a largo plazo a la seguridad alimentaria de la isla.
«Es importante poner en práctica cuanto antes estas intervenciones de control de cárcavas y de flujo para detener el avance de la erosión, y así recuperar suelos cultivables con potencial de producción»
César Reyes Hito – INDAP
Participación Comunitaria y Replicabilidad
La participación de la comunidad local ha sido fundamental en el éxito del proyecto, ya que los agricultores beneficiarios están siendo capacitados en las mejores prácticas para evitar la erosión y restaurar sus tierras. Este enfoque colaborativo garantiza que las soluciones sean sostenibles a largo plazo.
Concluidas las faenas en la primera parcela beneficiara, los trabajos de control de erosión se trasladarán próximamente a la segunda parcela, un predio más desafiante aun, ya que presenta serios daños erosivos producto de la actividad ganadera.
El impacto de este proyecto se espera que marque un antes y un después en la lucha contra los efectos del cambio climático en Rapa Nui, al demostrar de manera muy tangible y visible la urgente necesidad de enfrentar el serio problema de la erosión, como parte esencial de agenda de adaptación al cambio climático.