Por eso, la presente iniciativa representa una acción de confianza de primera línea para Isla de Pascua, cuyas condiciones de vulnerabilidad están ampliamente documentadas y hasta se las ha llegado a considerar ilustrativas de los extremos de degradación ecológica que pueden alcanzar las sociedades.
Este programa se construye sobre la base de diversas experiencias locales en materia de forestación, arborización y restauración ecológica desarrolladas en la isla durante los últimos 10 años y propone de manera ejecutiva una serie de actividades destinadas a utilizar la reforestación como una herramienta práctica, económica y eficiente en la adaptación al cambio climático, así como también en la mitigación de este. El programa se sustenta principalmente en estos dos puilares: reforestación y educación.
Diversos estudios han calificado la situación general de Isla de Pascua como una «pradera degradada», debido a la pérdida de su cubierta vegetal original, el desarrollo de procesos de erosión y la expansión de especies invasoras. Se estima que más de dos tercios de la superficie isleña adolecen de algún grado de erosión, mientras que las especies identificadas como invasoras se estiman en al menos unas 36, varias de ellas extremadamente agresivas.
En este contexto, la provincia presenta una necesidad urgente de proteger sus recursos naturales y mitigar estos impactos, sobre todo considerando el escenario de cambio climático, que notoriamente se ha hecho presente en Rapa Nui desde hace algunos años. De esta forma la reforestación aspira a mejorar la protección de los suelos a través de árboles que a medida que se desarrollen servirán como cortinas cortavientos y cortafuegos, cercos vivos, compuestos de diversas especies.