Hora de actuar

Incluso desde el exterior se ha reconocido desde hace años que el cambio climático ya está impactando a Rapa Nui.
Hoy ya no es posible continuar postergando las acciones necesarias para adaptarnos.


Como territorio de escaso tamaño, extremo aislamiento y con un ecosistema bastante degradado, a Rapa Nui se le considera sumamente vulnerable a los efectos del cambio climático.

Aunque en otras islas de Polinesia las personas vienen viviendo los efectos del cambio climático desde hace más de 10 o incluso 20 años, en Rapa Nui la alarma recién comenzó a sonar ante la visible desaparición del pequeño Humedal Rano Raraku, hace poco más de 5 años. El volumen del agua de otros dos humedales emblemáticos, Rano Kau y Rano Aroi, también ha disminuido.

En la actualidad, el descenso de las precipitaciones es sostenido por ya más de diez años, y los efectos del cambio climático se comienzan a sentir de manera mucho más evidente en la vida cotidiana y en las actividades productivas.

La mayor preocupación tiene que ver con los recursos naturales que sustentan la vida en esta isla de pequeña superficie y aislamiento extremo. Por ejemplo, el suelo, que en un escenario de cambio climático se ve cada más afectado por la erosión, la sequía, y la acción del viento.

La biodiversidad de la isla, que ya se encuentra amenazada desde hace años por los incendios forestales intencionales, la ganadería extensiva y la extracción descontrolada de recursos, es también una de las víctimas más notorias del cambio climático.

Aunque estos son algunos ejemplos muy tangibles de las consecuencias que el fenómeno del cambio climático está teniendo en Rapa Nui, hay otros mucho más cercanos a la realidad de la gente, como los diversos impactos en actividades productivas tan importantes como la agricultura y la pesca.

Todo ello obliga a Rapa Nui a asumir de una vez por todas la necesidad urgente de comenzar a adaptarse al cambio climático, tal como lo han hecho ya innumerables comunidades de Polinesia.

La adaptación implica ajustes a nivel de los sistemas ecológicos y sociales en respuesta a estímulos climáticos reales o previstos y sus impactos.

Se requieren cambios en los procesos, prácticas y estructuras para moderar los daños potenciales; y a veces también, si es posible, para identificar posibles oportunidades asociadas con el cambio climático.

La isla necesita desarrollar soluciones de adaptación y llevar a cabo acciones para responder a los impactos del cambio climático que ya están ocurriendo, así como prepararse para los eventuales impactos futuros.

A través del Programa “Transferencia Educación y Reforestación para el Cambio Climático en Rapa Nui” se quiere justamente motivar el inicio de este proceso complejo pero necesario e impostergable.
Y hacerlo además de una manera positiva y constructiva, con la convicción de que el proceso de adaptación conlleva un ordenamiento integral y una priorización generalizada que contribuye de diversas formas al desarrollo del territorio.

Scroll al inicio